viernes, 30 de enero de 2009

Francamente querida, eso no me importa.

Sé que esto se me pasará, pero ... ahora siento que hace unos días yo, yo y sólo yo me senté ante un teclado con pantalla incorporada y sentí que era libre. Atrás quedaron las quinientas croquetas que ya había congelado y los dosmil litros de caldo que habían corrido la misma suerte que las croquetas... Sentí que nadie estaba cerca y que era fácil, extremadamente fácil ser yo. La vulgaridad de la sensación me avergonzaba, mi pijama de rayas verdes y blancas me encerraba en mi cocina de concentración; las alambradas eran las estanterias que, por supuesto, debían estar bien surtidas de todo tipo de alimentos que me hicieran merecedora del adjetivo deseado: la mejor ama de casa, la más hacendosa, la más organizada, la más ... La bipolaridad de mis deseos y mis necesidades me golpeaban como si de un látigo se tratase.
¡¡¡¡A la mierda!!!! y en el silencio de mi silla recién desengrasada me sorprendió un sonido más intenso que el vacío de mis "tuperwares" perfectamente almacenados, era maravilloso y un universo youtube se desplegaba ante mis ojos y la voz desgarrada, qué digo desgarrada ROTA de Janis Joplin me recordaba que yo era exactamente lo mismo y la misma que veinte años atrás había pasado toda una noche entera escuchando la misma canción para ... no sé para qué, pero lo hice. Little girl blue.
Al día siguiente, igual que pasará mañana, todo seguía igual, menos una molesta resaca que fue mitigando sus servicios a medida que aumentaba el consumo de agua. Y yo, tanto tiempo y tantas resacas después, me pregunto porqué narices, habiendo pasado todo lo que ha pasado, continúo amando la decadencia de estos momentos en los que ni la protagonista de Lo que el viento se llevó me llega al milímetro cero de la suela de mis zapatos en su sufrimiento barato y peliculero. ¿Cómo se puede vivir sin recordar constantemente esta sintonía final que nos lleva a desear que nuestra vida sea algo más allá de nosotros mismos y mismas?

2 comentarios:

  1. Cielos... es absolutamente genial. Es el prólogo de una gran historia. Deberías escribirla. Sigue, sigue, sigue...

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  2. Carezco de la contancia necesaria para poder escribir nada que sea más largo de un par de folios

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