miércoles, 17 de junio de 2009

¡BURRA!


Ayer sin ir más lejos, entré en un estanco a comprar chicles y unos pimientos del piquillo, cuando observé que pese al aire acondicionado, los compradores y compradoras salían del establecimiento entre aspavientos y blasfemias ante el fuerte subidón de los precios del tabaco. Blandiendo “hayqueveres” y quebarbaridades”, la gente se guardaba sendos paquetes de tabaco en sus bolsillos mientras en el monedero ya no guardaban nada. Señoras acaloradas que entonaban el salmo del “no hay derecho, como voy a cantar ahora el fumando espero, si ya no puede una ni llevarse un pitillo a los labios de arriba”, salían verdes de la ira.
Quinceañeras con tacones de seis palmos para fingir los dieciocho, que se mesaban los cabellos ante los desorbitados precios del “fume”, se veían venir que; o dejaban de fumar, o dejaban de f… porque ni suelto les quedaría para los preservativos con sabor a cebolla.

A todas estas que don Tulio, no sé si se llamaba Tulio pero cara de don Tulio tenía, pagaba su viciamen mientras exclamaba en sonora voz alta y clara: - ¡¡A ver si echamos al Zapatero este porque va a acabar con nosotros!!
¡Claro...! Exclamar furibundo que el Presidente del Gobierno pretende matarnos a todos subiendo precisamente los impuestos que afectan al tabaco… me parece de un simplismo demasiado lacerante. Demasiado incluso para el nivel de don Tulio. Se ganó la respuesta airada de la estanquera quien le espetaba que era el tabaco lo que le iba a matar, no el Sr. Zapatero. Nos mataría a todos si subiera los impuestos del pan, de la gaseosa, o de la uva. Pero mis pimientos del piquillo me siguieron costando lo mismo que el día anterior.

Pero es que es el discursito aburrrrrrido de los derechunos de toda la vida. ¿Qué tendrá que ver los c… para coger trigo…? Yo soy “zapaterista”, de los menos abnegados, vale, pero aunque fuera Rajoy quien gobernara sé que reconocería que; ¡a ver que gobierno es tan mono él de lidiar con una crisis tan morrocotuda como la que tenemos encima! Y, a ver que gobierno ante una crisis tan gorda como esta, no acaba resolviendo retorcer los impuestos, un poquito más, con cara de lujuria.

Me hubiera gustado preguntarle a la Tulia esta, si su ejercicio de diatriba verdulera fue un manifestar de su activismo y compromiso político, o si por el contrario, se me ocurre, ni siquiera fue a votar el 7J. Pero seguro que sí, seguro que fue una de las histéricas eternas que con tal de joder “zapateros”, agarran sus sobrezuelos con voto de derechas, y los depositan aguerridos en las urnas, mientras entonan el himno de infantería, pongo por caso.

Y es que esa es la enorrrrrrme distancia entre la izquierda y la derecha de este país. El ardor guerrero por un lado, eso quedó claro, pero también el mantenerse fiel a sus ideales pese a quien pese. Aunque se escape a toda lógica o razón. Los “izquierdas” somos más pasivos, más leales, sin duda, pero nuestra manera de castigar “zapateros” es no yendo a votar, ¡Menuda lelez! Las otras siempre votan, sieeeeeeeeeeeeeeeeempre. Por eso nos dan con un periódico doblado en los morros cada ocho años. Parece que no saben hacer otra cosa que rendir pleitesía obstinada a su “reverenda”… Tan fieles incluso, que a veces uno puede llegar a encontrarse a los Tulios de rigor, quienes repiten como loras los argumentos más inverosímiles a los que se puedan acoger… y sin ponerse rojas ni nada, las tías.

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