El otro día miraba la gala de elección del próximo representante español a Eurovisión, y francamente, me parece que este tema ya se le escapa de las manos a la televisión pública. Supongo que porque en el fondo los mismos directivos de televisión sienten menos encanto por este tema que el que sentirían si se tuvieran que comer una tortilla de alfileres. Por otro lado, está bien clara la horterez que prima entre los candidatos. Un escollo ante el cual no hay ilusión que valga porque no se puede promocionar lo vomitivo, ni tampoco erradicarlo como si fuera un quiste sebáceo cualquiera. Hay que seguir ciertas normas y hacer la gala lo menos flatulenta posible a fin de escoger a un candidato. Mucho más obligados que otros países, que se juegan la participación en una semifinal, España tiene la entrada asegurada en la final, quieran o no quieran los menos devotos. Esto obliga de la misma manera que obliga la boda de tía Pura con un cubano sesenta años menor que ella a que te gastes una pasta obscena en regalarle la atroz figura de porcelana de rigor. Obliga, digo, a que montes una gala, a que escuches impertérrito los relinchos de la pedorra de turno que quiere ser como la de “La oreja de Van Gogh”, a que reclutes un jurado de expertos que no sean demasiado impropios y te jodan la gala bajándose los pantalones y enseñándole el culo a la cámara… una complicación muy grande, más aun la de fingir ilusión donde no la hay. Es como que después de cuarenta años, mires a tu esposo con la “cortinilla” cubriéndose el cráneo, le veas con su camiseta “abanderado” amarilleada bajo los sobacos, le mires el panzón cervecero, y con la nariz tapada porque encima se ha tirado un pedo tengas que decirle: “me pones”.
¿Les pareció cruel esta imagen? Hay cosas mucho más crueles a las que no puedes poner imágenes. Pero esto es harina de otro costal. Al fin y al cabo, para crueldad el sistema de eliminatorias que organizó la televisión pública para escoger al candidato. Un sistema demencial a todas luces, supongo que inducida por aquella mezcla entre el desencanto y el desdén que deben sugerirle al jerifalte organizador del evento, el tema eurovisivo . Sin embargo este año, yo creo que han ido demasiado lejos.
¿Recuerdan al grupo “Torpedos con bigote”? A mí no me pareció tan mal. Era un grupo de seis chicas vestidas de enfermeras de la Sección Femenina que cantaban rancheras con aires punk. ¿Las recuerdan verdad? Nadie me dirá que fue correcto abrir la trampilla sobre la que actuaban las seis muchachas, a los 30 segundos de haber empezado. ¿Saben que bajo el escenario había dos cocodrilos famélicos que dieron buena cuenta de ellas? Si que es cierto que la canción era espantosa y que ellas desafinaban como grullas, pero señores de televisión; fue absolutamente excesivo.
Por no hablar de María de los Dolores Pena, aquella exconcursante de OT que fue expulsada porque la pillaron fumando en el WC de la Academia. ¿Recuerdan el caso también verdad? Fue un escándalo que salió en todas las emisoras. Pues también recordarán que el sábado, cuando salió al escenario a defender con orgullo patrio la balada “Me dejaste por tu prima hermana, te mataré por ello”, le lanzaron un caldero de aceite hirviendo que la desintegró por completo. Esa no es la manera. La balada como tal era espantosa, es más, uno no sabía si estaba escuchando una balada o eran seis docenas de bisagras oxidadas chirriando, pero eso ¿qué más da? Era sólo un juego, una semifinal de televisión… ¡Por amor de Dios! ¡Aquella pobre chica debía de tener familia, quizá hasta hijos, y la dejaron literalmente frita sobre el escenario!
También me pareció bastante humillante el trato que le dieron a Sónsoles Quijada, la ex de aquel jugador de fútbol a quien se le comió la lengua un gato. ¿Recuerdan que lo abandonó porque su vida sexual no era todo lo plena que ella deseaba? Pues a esta pobre chica la interrumpieron a media canción y la obligaron a abandonar el escenario perseguida por la furibunda presentadora del programa, acompañada de un doberman babeante.
Esas no son maneras.
¿Les pareció cruel esta imagen? Hay cosas mucho más crueles a las que no puedes poner imágenes. Pero esto es harina de otro costal. Al fin y al cabo, para crueldad el sistema de eliminatorias que organizó la televisión pública para escoger al candidato. Un sistema demencial a todas luces, supongo que inducida por aquella mezcla entre el desencanto y el desdén que deben sugerirle al jerifalte organizador del evento, el tema eurovisivo . Sin embargo este año, yo creo que han ido demasiado lejos.
¿Recuerdan al grupo “Torpedos con bigote”? A mí no me pareció tan mal. Era un grupo de seis chicas vestidas de enfermeras de la Sección Femenina que cantaban rancheras con aires punk. ¿Las recuerdan verdad? Nadie me dirá que fue correcto abrir la trampilla sobre la que actuaban las seis muchachas, a los 30 segundos de haber empezado. ¿Saben que bajo el escenario había dos cocodrilos famélicos que dieron buena cuenta de ellas? Si que es cierto que la canción era espantosa y que ellas desafinaban como grullas, pero señores de televisión; fue absolutamente excesivo.
Por no hablar de María de los Dolores Pena, aquella exconcursante de OT que fue expulsada porque la pillaron fumando en el WC de la Academia. ¿Recuerdan el caso también verdad? Fue un escándalo que salió en todas las emisoras. Pues también recordarán que el sábado, cuando salió al escenario a defender con orgullo patrio la balada “Me dejaste por tu prima hermana, te mataré por ello”, le lanzaron un caldero de aceite hirviendo que la desintegró por completo. Esa no es la manera. La balada como tal era espantosa, es más, uno no sabía si estaba escuchando una balada o eran seis docenas de bisagras oxidadas chirriando, pero eso ¿qué más da? Era sólo un juego, una semifinal de televisión… ¡Por amor de Dios! ¡Aquella pobre chica debía de tener familia, quizá hasta hijos, y la dejaron literalmente frita sobre el escenario!
También me pareció bastante humillante el trato que le dieron a Sónsoles Quijada, la ex de aquel jugador de fútbol a quien se le comió la lengua un gato. ¿Recuerdan que lo abandonó porque su vida sexual no era todo lo plena que ella deseaba? Pues a esta pobre chica la interrumpieron a media canción y la obligaron a abandonar el escenario perseguida por la furibunda presentadora del programa, acompañada de un doberman babeante.
Esas no son maneras.
No consumiré sustancias extrañas mirando la tele / no consumiré teles extrañas mirando la sustancia/ no miraré la sustancia consumiéndome con la tele/ no sustanciaré la tele consumiendome con extañas / no extrañaré la sustancia consumiéndome con la tele ...
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